La desventaja de ser plurilingüe
Lo complicado no es hablar varios idiomas, sino decidir en cuál contar tu historia
Este es mi primer artículo en mucho tiempo… y el primero que escribo en castellano.
Llevaba meses dándole vueltas a una idea: tener contenido más cercano al idioma de la mayoría de mis seguidores en X. Al final, me lié la manta a la cabeza y creé una nueva cuenta, con contenido exclusivo en español.
Nací en Venade, un pueblo de 800 habitantes al norte de Portugal, pegado a la frontera con Galicia. Crecer allí te obligaba, quieras o no, a ser medio políglota. En Portugal había tres canales. Tres. Si querías variedad, encendías la antena y aparecía la Televisión de Galicia (TVG) o Telecinco.
Así acabé viendo Doraemon en castellano, aprendiendo gallego por osmosis y enganchándome a “La Liga” los sábados por la noche y al programa “En Xogo” los domingos.
Después de la universidad y ocho meses trabajando en Ámsterdam, me dije:
Yo tengo que volver a un sitio donde haga sol y se coma bien, que esto no es vida.
Ya sabéis: la cabra tira pa’l monte. Y aquí sigo, once años después, en Barcelona.
¿Y por qué os cuento esto?
Porque muchos de los que ya me seguís en inglés sabéis que últimamente estoy centrado en Abistama — mi empresa paraguas para side projects — y en productos con una audiencia claramente española.
Durante años dudé en crear otra cuenta. Pensaba: “más cosas que gestionar, más lío, más traducciones… un coñazo”. Pero llegó un punto en el que me di cuenta de algo: la mayoría de mi audiencia en España puede leer mis artículos en inglés sin problema. El problema es el contrario.
A muchos de mis seguidores fuera les da exactamente igual lo que opine sobre temas locales o si lanzo un producto para padres y madres (sí, espóiler). Y no soy el único con esta tensión. David Heinemeier Hansson (DHH), creador de Ruby on Rails, llegó a la misma conclusión: abrió otro blog, solo en danés. Y ahí me picó el gusanillo.
El dilema de escribir en dos idiomas es que las plataformas — X a la cabeza — siguen siendo muy anglocéntricas. Aunque puedas elegir idiomas, la segmentación es mala. Resultado: gente que te sigue por tu contenido en inglés acaba diciendo “uff, me salen sus posts en castellano todo el rato” y te deja de seguir.
Llegados a ese punto tienes dos opciones:
YOLO. Aceptas que perderás parte de la audiencia de un lado para ganar otra del otro.
Segmentas tú mismo. Creas espacios distintos, uno por idioma.
Por lo que escribo y lo que leo — no solo software y liderazgo, sino también economía y autores como el profesor Fernández Villaverde — creo que la segunda opción tiene más sentido. Solo el tiempo dirá si es la correcta.
De momento, si queréis leer sobre mi camino creando Abistama y RotaHog, sobre startups, software, gestión o liderazgo, podéis encontrarme en X, en @joaoqalves_es.
Y aquí, en este Substack, iré publicando artículos más largos.
— João

